Discapacidad.
En el Siglo del Egoísmo y el Consumismo.


Cuando planeamos nuestras vidas y tratamos de adivinar algo más de lo que estamos viviendo en el presente, lo último en lo que pensamos es en las enfermedades. En nuestros siempre somos o más delgados o más fuertes pero nunca más enfermizos o menos independientes, sin embargo, todo puede pasar, ya sea a nosotros o a alguno de nuestros allegados y parece que nunca se está listo para afrontar una situación de este tipo.

Tener algún tipo de discapacidad en este siglo, en medio de ideas que orillan a la gente a obtener una libertad "absoluta" y ciega, a cualquier precio, genera un egoísmo muy grande y la mayoría busca adaptarse al estándar de belleza para ser aceptados en la sociedad, pero ¿qué pasa con la gente que no puede encajar en ese estándar por estar en una silla de ruedas o por tener alguna malformación? Es decir, muy pocas veces he visto que la sociedad integre a las personas con discapacidad, es decir, al mundo de los "normales", esos que disfrutan de un café, aquellos que comen en los mejores restaurantes, que ven las mejores películas, que compran la mejor ropa y que ríen sin cesar como en los comerciales de cereal; siento que es todo lo contrario, quien no encaje en el modelo predilecto de belleza es señalado y casi obligado a cambiar para parcerse un poco al resto y así no ser rechazado.

Y es así como he visto en las noticias el caso de una chica que tuvo un accidente y que sufrió una deformación en la piel del ojo y se ha sometido a más de 35 cirugías con la ilusión de volver a tener amiguitas como cuando era "normal". Nuestra capacidad de aceptarnos únicos como somos se ha perdido, ahora parece que somos mejores personas con narices afiladas y abdómenes planos, somos mejores si disfrutamos del placer determinado de las cosas constantemente, eso es lo que nos venden, lo que nos hacen desear a los "normales" (mientras no tengamos alguna enfermedad, porque si no sólo le estorbaremos al mercado), ¿por qué tan poca gente se preocupa por concederle un poco de respeto y espacio a la gente con discapacidad? ¿a cuántos les preocupa si viven si vida satisfactoriamente? Ciertamente a muy pocos. Normalmente este tipo de problemáticas se viven en la casa de quien tiene una discapacidad y los familiares son los que luchan por darle una mayor calidad de vida y son ellos quienes tienen que pelearse con un mundo que todavía no los acepta, es decir, no está hecho para ellos, si no me creen, pregúntenle a alguien que usa silla de ruedas cómo puede subir los puentes peatonales sin alguien que le ayude, o a los que tienen síndrome de Down cómo los miran en los restaurantes cuando hay mucha gente, o la poca paciencia de algunas cajeras cuando alguien con un retraso mental trata de hacer sus cuentas para pagar por primera vez su despensa. Es ahí cuando nosotros los familiares sobreprotegemos a nuestro hermano, hijo, etc. con discapacidad, porque creemos que le mundo ha hecho un pacto de no tolerancia hacia los que van un poco más despacio que el resto, el cual parece estar cada más atrabancado y le urge vivir todo de manera inmediata.

Además el hecho de que los jóvenes de ahora no quieran atarse a nada ni a nadie influye mucho a la hora en que se debe decidir entre dejar morir a un hijo que nacerá con algún problema bajo el pretexto de "no hacerlo sufrir en este mundo", o permitir que viva con todas las responsabilidades que esto traiga. Por eso a los que decidieron traer a ese hijo al mundo, a pesar de todo, los llama "héroes", no es raro el término si lo ubicamos en un mundo de cobardes egoístas, porque hicieron un sacrificio más grande por algo que los enaltecerá como seres humanos y no como viles bestias consumidoras con tarjetas de crédito y condones para estrenar con el/la primero/a que se les ponga en frente, y los niños, claro, son "especiales", digo especiales porque he oído términos que van desde "Ah es qué está enfermito", "está malito" hasta "está tontito", "es que no piensa", "está poseído", este último lo menciono porque en algunos pueblos del interior de la república mexicana, se acostumbra dejar en el campo a los niños que tienen algún tipo de malformación porque se cree que son producto del diablo, o de un acto malo que se cometió y los dejan morir, por ignorancia, así han muerto muchos niños, a pedradas o amarrados a los cerdos, por ejemplo, como un caso que me platicó Guillermo Arrriaga (escritor de "Amores Perros") cuando hizo una serie llamada ABC Discapacidad.

Yo no sé con exactitud qué es lo que la gente con discapacidad desea, pero sé que se sentirían mejor si no los señalaran tanto, si no los miraran con desprecio e incomprensión, si se les diera un espacio para moverse y así lograran un poco de independencia, en la medida de sus posibilidades, de respeto al tiempo en que se tardan en hacer las cosas y de los retos a los que se enfrentan día a día y así lograr que se sientan integrados, no por la ropa que usan o si están a la moda o no, sino porque no son juzgados y se les brindan más oportunidades y opciones al igual que al resto de la gente, porque no hay diferencias y si las hay, a ver, que el más "normal" tire la primera piedra.

Alina Poulain


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