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Hace mas de un mes que tuve que reconciliarme con un novio que abandoné en la preparatoria. Nos dejamos porque era evidente que nuestra relación nunca funcionaría. Decía que cambiaría su firma de ser pero en el fondo era el mismo con diferentes antifaces. Lo soporté todo. Un día las cosas funcionaban bien y tres no. Me mantenía despierta toda la noche tratando de entenderlo, ayudarlo, repararlo y todo fue inútil. Era in irresponsable y no le importaba si perdía toda mis música o escritos.
Después encontré uno que era mucho mejor, dejé de sufrir y empecé a disfrutar la vida. Íbamos a todas partes juntos, incluso fue a la universidad conmigo u me apoyó en todo. Por supuesto, mi antiguo novio me llamaba para invitarme a lugares todo pagado y yo le colgaba el teléfono.
Ahora, la vida ha cambiado y tengo que trabajar con él. Trato de ver el lado positivo y tengo que admitir que con él puedo hacer dos o tres cosas que con mi actual compañero no puedo, como conectar el Word a Google Cloud y sincronizar mis documentos en GDocs. También puedo hacer notas escritas a mano alzada con la Wacom en Evernote. Todo lo demás es casi igual a Mac pero el dinamismo y ritmo de trabajo que tengo queac es muy diferente. En el puedo confiar y tiene todo sin complicaciones. No me hace preguntas por todo, se amolda a ti. Me lee en voz alta en el idioma que yo quiera sin gastos adicionales, es creativo, me sorprende con cosas y me ha adicta a sus aplicaciones. Me regala música y me hace sentirme orgullosa de ser yo misma, incluso l poder personalizar un Mail. Puedo contarle mis locos sueños y proyectos y me ayuda a realizarlos.
Hace poco mi amigo PPToño me contó un chiste misógino que más allá de causarme risas me dio miedo:
Una mujer se encuentra una lámpara maravillosa y el genio le pregunta su primer deseo. Ella responde: "Quiero que mi novio no se canse de tocarme, de mirarme, que todo el tiempo esté pendiente de mi. No me deje nunca, ni siquiera para ir al baño. Quiero ser lo más importante en su vida" Después de unos minutos, el genio la convirtió en un smartphone.
Terrible situación, pensé. Justo ahora escribo en una ibook G4 y al lado tengo la PC, no es que no nos entendamos, son dos lados de la moneda. No eres tú, Windows, por favor, soy yo la egoísta que quiere tener todo sincronizado y estúpidamente prolijo en su vida (aunque eso signifique duplicar el trabajo)...
