Berrinchula

Una  de las cosas que más extraño de mi infancia es que todo podía resolverse con un berrinche. Gritar y ponerse morada hasta que todo estaba mágicamente como quería. Es algo que no he podido superar del todo (admito tristemente) la diferencia es que ahora sólo yo tengo que pagar las consecuencias de mis impaciencias en forma de intereses a la tarjeta de crédito, excesivos precios por no querer leer o buscar promociones, multas. Parece que el mundo está listo para castigar a los berrinchudos, a los que queremos las cosas ahora, a los que no sabemos cómo, pero deseamos todo resuelto sin tener que hacer nada. 

 

De chica pensaba que no había como un buen berrinche, llorar hasta quedarse dormida y a abrir los ojos para ver con júbilo que todo había funcionado. Un bellísimo “cállate y aquí está lo que querías, ya párale”. No, esos tiempos se han ido y trato de respirar, pensar y planear las cosas porque un berrinche a los 27 años es inútil. Lloras y al final tienes que esperar a que se sequen las lágrimas, tomar un Kleenex y decir “bueno, ya, ok, ¿qué tengo qué hacer?”.

 

¿En qué casos hago berrinche a mis casi 28 años? Bueno, ya sólo me queda superar el odio a los trámites burocráticos y a las políticas empresariales que salen de la nada, por ejemplo, resulta que el corte de su tarjeta no coincide con su fecha de pago y nos quedó a deber 3 pesos, que, al paso de 13 días le generaron un interés de $ 190 pesos. Me lleeeeeeeeeeev.... ah no, lo dije antes, lo estoy controlando. Yo soy más fuerte que esa estupidez. Respirando..... cargando información Zen, mierda, tarda mucho.... mejor tomaré un Dalay para ricos (y berrinchudos) léase Rivotril.

 

Nadie debería de privarse del placer de sentirse observado  para exigir algo con todas sus fuerzas, algo posible, alcanzable por lo menos, pero cuando se llora de coraje por la muerte de alguien no hay objeto o sujeto en quién enfocar toda esa energía, es un berrinche inútil, es un desperdicio. “Lo quiero devuelta, mierda, lo quiero ya” y nadie respondió. Estaba ahí, sola, despeinada y alguien se ofreció a levantarme. “Vamos Señora, la llevaré a casa”.

 

Al final se queda uno callado. Después de tantas derrotas ni el “pero” es bueno. Uno se cansa de apelar tantas políticas, cláusulas, cólicos de las burócratas, pequeñeces del sistema “adulto”. Ahora soy una mujer que toma “precauciones”, se lleva todos los documentos para realizar un trámite (No vaiga a ser), pago más de la cuenta, me formo desde el primer día, llevo limosna y también mordida, llevo escote y minifalda (agiliza el trámite, sí werita ;) llevo para el refresco y también una botella, sé guiñar el ojo pero también pasar por “debajo del agua”, sigo sin leer las cláusulas pero pregunto qué se necesita en Yahoo Respuestas, hago amigos que jamás volveré a ver, admiro a las personas que saben que siempre se debe usar bolígrafo negro de punto mediano y hojas membretadas, fotografías impecables en blanco y negro y color, acta de nacimiento actualizada y comprobante de domicilio, todas las cuentas al corriente, ni se te ocurra tener un adeudo, conozco todas las reglas, me las sé de memoria, aquí las guardo como heridas de batalla.

 

Rabiosa
Rabiosa - Alina Poulain

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