Lady Envelope

Puedes esforzarte mucho en cambiar. Irte a un lugar muy lejano. Cambiarte el nombre, el apellido, de forma de pensar, de IP. Pero finalmente el pasado  te encuentra y dice "hola" yo sé quién eres. No se lo tienes que preguntar a nadie más".

Uno va dando vueltas, se va revolcando con él implorando que ya no vuelva porque el futuro nos ha hecho promesas, también inciertas, de que será mejor todo, aunque sea por un ratito. Se va el hambre. Te vuelves un mueble encima de otro mueble que es tu cama y no piensas más que en el olor a encerrado, que tiene su encanto si no quieres pensar en la libertad.

Soy un chango enjaulado que da vueltas por los mismos lugares donde vivió grandes momentos, pero en las páginas de internet, Facebook, Twitter, Replies, Direct Messages, Comments. Nada nuevo. Nadie se acuerda de uno. Te vuelves adicta a los aplausos y empiezas a hacer cosas que no son dignas de aplausos sino que nada más buscan sacar los little coloured demonds que tienes dentro. Cómo los había ignorado, pensando que ya se habían ido. Ayer en la tarde me senté a platicar con alguien que me dio una copia exacta de mi biografía a los 17 años cuando trabajaba en una estación de radio. yo sólo observaba lo que los adultos de veintitantos años hacían a mi alrededor. Hasta ahora voy digiriendo todo lo que vi y vivi. Tal vez para ese momento eran una bola de locos sin control que hacían lo que querían. Ahora veo tras bambalinas. Veo que soy igual que ellos, buscando un camino que equilibre la locura y la tranquilidad. "No está mal sentirse así"-me dijo. "Yo crecí sin límites. Para mí era normal hacer muchas cosas que, al momento de salir al mundo y hacerlas, no tenían un punto de comparación con el comportamiento de la gente de afuera." No estaba mal, pensé. Sólo estaba desfasada. Ella no tenía la culpa de haber crecido con toda esa libertad que la gente con horarios, los hombres grises que se derrumban cuando los despiden del trabajo, los que siguen al-pie-de-la-letra las instrucciones de la vida: nace/crece/reprodúcete/muere, o entendían o no había vivido más que en películas. Y hay algunos que piensan que alterar ese ciclo sería nice, irreverente. Algunos no lo pensamos. Quien no conoce la regla tampoco conoce cómo romperla. 

 ¿Cuáles eran "those good old days" que tanto busco recordar? Creo que todavía los sigo viviendo. Cuando entrevisto a alguien lo único que me interesa saber es cómo administra su locura. Esas cosas que sólo se pueden platicar de loco a loco, sin pretensiones. ¿Tú también te exprimes para sentir que la vida vale la pena? ¿Qué opinas de la muerte? No está mal hablar de la muerte. Tal vez sea de mal gusto y puede reflejarle inseguridad al que sabe de psicología, pero el que se sabe finito tienen una carga necesaria, una premura por hacer las cosas de una vez por todas. Prefiero cargar esa necesidad a la seguridad absurda de saberse que tendrá hasta mañana para terminarlo todo. Cuando conoces a alguien que se exprime igual o más que tú y se siente ligero tienes una nueva meta. Te brillan los ojos y vuelves a pensar que hay un gran espacio en tu cabeza que no ha sido usado. A limpiar el caché y seguir adelante.

Después de pasar tantas horas platicando en persona y por teléfono terminé preguntándome ¿Por qué la gente ensalza a alguien que se atreve a ir contra la corriente? Será que protegemos tanto nuestros propios miedos que aplaudimos el hecho de que alguien salga,  grite "NO ES CIERTO" y hasta pagamos por admirarlo? Será que nosotros mismos no nos damos el tiempo para leer lo que ellos leyeron, para liberarnos, para pensar que no nos importan las opiniones de los demás? ¿Será que no todos sienten ese impulso o miedo a la muerte para decirle "a mí no me dominas, hoy hago lo que quiero y si me llevas hoy al menos te costó trabajo hacerlo"? ¿Por qué no? Para que se agoten los boletos para ver a Madonna en segundos. Para que subasten el la taza de baño de John Lennon en millones. ¿Para que no haya competencia? Para que Lady Gaga siga teniendo el gusto de hacernos sentir que el mundo se va a acabar. 

Es verdad, todos somos artistas. Retrocedan un poco en sus vidas. Recuerden cuando eran mas felices y no pensaban en que un gadget era la felicidad. No les invito tampoco a ser niños por siempre, pero sí a vivir una madurez liberada, sin culpas ni buscando el perdón abajo de los zapatos de los demás. Una felicidad auténtica y seguros de haber elegido los caminos que eligieron, exprimiéndose para poder decir di mi 100% en esto y sentí que es la vida. Pensar que los límites pueden ser retos u hologramas. Ser alguien así vale mucho más la pena. Pero implica aclarar muchas dudas adentro, cosas que no siempre se pueden platicar con cualquier persona. Una Lady Envelope dispuesta a recoger pedacitos de esto y aquello para después pegarlo todo en una hoja y comer, digerir, sacar algo nuevo, un mensaje, una canción, una propuesta, una nueva línea para nadie más que para uno mismo.

 


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