Las ligas mayores.

Hoy me siento grande y no es porque haya subido de peso  sino porque estuve en una gran presentación de la revista Trajín de Xochimilco, si acaso, la mejor que he tenido, con gente que sí me entiende: los mayores de 50: Las ligas mayores.

A falta de hermanos y de vecinos chidos me fui juntando con la "gente grande". A temprana edad ya se me veía hablando de condones, DIU, adolescentes en conflicto y mucho más ya que por las tardes me iba a un Módulo que el DIF había puesto para orientar a la juventud desenfrenada de esos tiempos. Se llamaba MOA  (módulo de Orientación y Apoyo). Con decirles que hasta tarjeta de entrada me dieron de tanto que iba. Me sabía todo de memoria y entraba a las 3 de la tarde y me iba como a las 9. Tenía 9 años . Yo decía que tenía 11, porque de otra manera no podía saber todo lo que me estaban enseñando. 

Mis tías siempre fueron las que me llevaban a todas partes. Aprendí mucho de sus profesiones y problemas. Ponía mucha atenció para copiar su lenguaje y movimientos para poder después impactar a mis amigos de la primaria y hacerles creer que sabía mucho. Descubrí que todo estaba en la seguridad y las palabras rebuscadas que utilizaras. Recuerdo también que había una guía que podías comprar en el centro que tenía toooodas las respuestas de cada grado y en la que se basaban los profesores. simplemente no podían vivir sin ella. La mamá de mi amiga Margarita se la había comprado para mejorar su excelso promedio de 9.7. Yo se la pedía presada para estudiar pero jamás la abría. Si acaso alguna vez lo hojeé y parafrasé algo que me valió un punto en participación y nada más. Un día, la maestra Berta Patiño Peña (¿estará en Facebook?) nos dictaba y nosotros anotando como burros disque porque así se nos iba a pegar más el conocimiento... sí cómo no... Mi amiga margarita fingía escribir porque ella tenía EL LIBRO y yo me confiada tampoco escribía hasta que la maestra me preguntó que por qué no trabajábamos y le confesé la verdad: que Margarita tenía todas las respuestas y que me era más conveniente y menos desgastante sacarle copias. Le quitó el libro de 200 pesos en papel revolución y blanco y negro a Margarita quien lloró desconsoladamente porque su mamá la regañaría. Yo entré a la hora del recreo cuidando que la maestra se hubiera llevado sus cigarros y, claro, su encendedor. Abrí el clóset y saqué el libro. En su lugar puse un montón de hojas recicladas de papel revolución con una monografía hasta arriba haciéndola de portada. Aproveché para sacar un par de calculadoras que nos habían quitado y algunos yo-yo's que habíamos conseguido gracias a juntar taparroscas después del colegio. Así Margarita dejo de llorar, pero le dije que no exagerara, que mínimo fingiera estar enojada conmigo porque si la maestra veía que todo era miel sobre hojuelas sospecharía. Así que un día me quedé a hacer méritos con la maestra... a ganarme su confianza y cual fue mi sorpresa al ver que le interesaba la política y como mi mamá toda la vida había escuchado a Gutiérrez Vivó y ella también entablamos una conversación de horas (todo el recreo) sobre Tere Aviña, Jiménez Landín y muchos otros colaboradores y la opinión que nos merecía incluso el del helicóptero que pasaba por mi casa todas las mañanas. Así la maestra pensó algo diferente de mí, me pasaba a exponer aunque no supuera nada pero creo que le gusaba la manera en cómo se suponía que iba a hablar de "La Célula" y terminaba hablando de Carl Sagan.*

Siempre acompañé a los amigos de mi abuelita a cambio de que me contaran una historia. Sus nietos luego me decían que eran puras mentiras, pero a quién le iba a importar si mi fantasía ya había tenido efectos en mis barbies y muñecos de peluche que interpretaban los papeles principales de esos cuentos (mi abuelita me decía que no juagara a las habladurías de los demás). Como el Señor José. Diabético. No tenía a nadie y eso me entristecía. Tenía tantas hitorias que contar sobre su vida en Nueva york como director de Orquesta y no tenía a nadie. Su esposa y sus hijos lo odiaban y yo lo acompañaba a sus visitas en con el doctor en el Hospital Escandón que está en la esquina de mi casa. Un día le robé un peluche a mi mamá para llevárselo, el día en que le amputaron el dedo grande de pie izquierdo. Tenía como 12 años. Le compré un globo rojo que después de robarían cuando salimos de la primer curación que consistía en limar el hueso recién cortado para darle forma de muñón

. Me pidió que lo acompañara porque no tenía a nadie y le sujetaba la mano mientras mordía una almohada. No pude ni parpadear. Esa amistad era ya una complicidad de su dolor y sólo yo sabría lo que los niños de la colonia se preguntaban "¿por qué no llenará las pantuflas?"

Nunca fui juvenil, ni lo pretendo. Me gusta tomar las cosas con calma. Mirar las montañas. Los sillones de piel cómodos para leer y subir los pies a las sillas para descansar. Tomar una tasa de café sin pensar si se acabará el mundo. Acariciar a los gatos de Tania como si no existiera el tiempo. Pensar que mi abuelita es mi mejor amiga y que todas las calles deberían de tener rampas o elevadores para los discapacitados, para los que acaminan lento y no desean se empujados en las escaleras eléctricas. Me interesa leer historias de ojos que vieron lo que yo no vi. De Tacubaya y Observatorio como terrenos valdíos, como minas donde a mi abuelita le gustaba correr y perseguir grillos. Es por eso que ver que mis dibujos son provocadores para alguien de 60 años con voz hermosa o una mujer con vestido de gala juchiteca es maravillos. Los dejo, amigos míos con una de esas historias escritas en varias tardes, con toda la calma del mundo, en letra manuscrita y luego publicada en la Revista Trajín de Agosto ( http://trajineros.blogspot.com/ ) donde mis dibujos buscan un hueco en estas bellas letras de mujeres valientes que cambiaron sus vidas. Ahí estoy yo, como las grandes, las que tienen tiempo de pensar. (pronto el link para descargarla en PDF) Gracias a Arturo por su tenacidad y perseverancia tras dos años de publicar esta maravillosa revista en Xochimilco. Búsquenla y descárguenla ya! :D

 

 

 

 

 

*Toda casa que se respete debe tener el libro COSMOS de Carl Sagan. #EnMiMuyHumildeOpinión

Posted via email from Alina Poulain Official Site

1 comentarios:

Bethza said...

Esta genial tu blog =D me gusta!